Según la última Encuesta Nacional de Salud de 2006, el porcentaje de sedentarios entre la población infantil y juvenil es muy alto (40%) y alarmante el de sobrepeso y obesidad (45% en chicas y 29% en chicos). En esas edades son escolares obligados. El aprendizaje se hace desde esas cotidianas energías: dejada postura en el pupitre, mimética alerta mental, inducida apatía intelectual; lentitud y gandulería para cualquier acción y movimiento. En Educación Física no iba a ser más: ley del mínimo y descoordinado esfuerzo. Nuestro sistema educativo sigue sin anticiparse. Los responsables mantienen sus criterios curriculares burocráticos sin revisar la realidad de las aulas ni las necesidades del presente y del futuro desde lo docente y discente. Las reformas de las últimas décadas han sido para promocionarlos de cursos con suspensos. Sin saber. El fracaso escolar lo confirma.
Muchas materias cuentan sólo con cuatro clases semanales a pesar de la tecnología. Algunas con menos de las necesarias. Y la "Gimnasia" (las comillas se las añado yo), maría por excelencia, manteniendo sus dos escasas clases y con intrusismo de monitores no cualificados y animadores como profesores escolares y extraescolares. ¿Cuántas asignaturas podrían reducir horas para ganar eficacia? ¿Cuáles deberían aumentar su carga lectiva? ¿Habría que suprimir alguna? ¿Convertirla en trimestral? ¿Faltan otras acordes con los nuevos tiempos? ¿Es el cuerpo un vehículo que debe durar toda la vida? ¿Se deteriora por falta de uso o por mal uso? ¿Qué asignatura se ve impedida para aumentar la participación motora en su aprendizaje? ¿Hasta qué nivel docente puede ampliarse con el refuerzo gestual, manual y corporal que obligue a moverse? ¿Qué inventar para extenderlo y mantenerlo en niveles superiores? ¿Se promovería así una actitud distinta frente al galopante sedentarismo y sus pandemias derivadas? ¿Son estas instalaciones escolares y estos materiales los que se deben seguir ofreciendo?
Se necesita una profunda reforma educativa. Un aprendizaje de lo teórico con refuerzos motivadores prácticos inmediatos. Por lo aprendido en siglos, deberíamos saber conseguirlo.
La Educación Física es la asignatura para atajar esas estadísticas. La natural desde donde hacer una reforma de la Ley de Educación. Va en ello esa salud integral, hoy en decadencia, necesaria para poder ejercer dinámicamente cada persona, y cada día, su saber hacia el progreso, hacia la sociedad del verdadero bienestar. Quizá para empezar podría servir, a corto plazo, aumentarla a cinco clases semanales en todos los niveles, de las que dos fueran teórico-prácticas y tres prácticas. Refuerzo curricular extraescolar obligatorio. Tres de esas tardes para esta asignatura u otra competencial desde ella. Oferta de calidad real, sin intrusismo, de actividades físico-deportivas de fin de semana desde el propio centro escolar. Unificación curricular obligatoria. Amparo de la correcta práctica de este tipo de actividades de los ciudadanos, con resoluciones legislativas para el resto de las funciones profesionales de las de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, desde un Consejo Oficial de Colegios. Colegiación obligatoria por categorías de todas sus titulaciones relacionadas. Creación del cuerpo de inspectores para la legalidad y calidad de la oferta en actividades físicas.
A medio plazo: ampliación de este nuevo horario curricular y extraescolar hasta 20 de Bachillerato. Inclusión del saber teórico intemporal básico de la Eduación Física entre las asignaturas para la prueba de acceso a la Universidad. Concesiones de premios, ayudas y becas por cursos para quienes den, desarrollen y mantengan niveles evolutivos de aptitud física. Extensión del sistema en la Universidad. Inclusión del especialista doctor y licenciado en los centros de salud.
A largo plazo: trasladar al mundo laboral todo lo experimentado que sea posible adaptar a las fábricas, talleres, oficinas... Mantener los incentivos y hasta ventajas fiscales para empresas y trabajadores que sigan dando su nivel de aptitud física.
¿Obligatoriedad de superar pruebas técnico-motoras para optar a puestos de trabajo? ¿Sanciones personales y empresariales por perder la aptitud física? Las estadísticas lo dirán. Anticipemos. Es posible. No lleguemos tarde.
Chus Moreno es profesor de Educación Física en Talavera de la Reina.
sábado, 1 de marzo de 2008
La escuela: sede del saber, epicentro del futuro
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